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ISSN 1989-4163

NUMERO 76 - OCTUBRE 2016

Escribir a Ratos Libres

Inés Matute

 

     

Hoy toca hacer números. Quizás debería empezar a hacer balance de los libros leídos este año a fin de elaborar una lista con los más relevantes, - para comentarlos a fin de año en mi blog- pero me decanto por lo primero. Si sois una de las escasas personas que aún se deleitan con un buen libro, es posible que en alguna ocasión os hayáis preguntado cuánto gana el autor que tan buenos ratos os regala (o casi). Si por el contrario os tienta la idea de convertiros en escritores, entonces debéis leer sin falta este artículo.

En el 90% de los casos, el autor se embolsa un 10% del precio que habéis pagado por vuestro ejemplar. Con mucha suerte, el sufrido autor venderá unos  900 ejemplares de la obra, 500 si ha tenido la osadía de escribir en catalán, vasco o gallego. Si el libro se vende a 15 euros, habrá facturado la desorbitada cifra de 1.350 euros, de los que pagará un 15% a su agente literaria y otro 15% a Hacienda. Que se sepa, sólo Ildefonso Falcones ha ganado lo suficiente con la literatura como para montar una empresa opaca en Panamá, aunque a buen seguro no será el único. Si volvemos al humilde escritor del supuesto que nos ocupa, el montante final de lo ganado se acerca a los 945 euros. Para vivir como un mileurista, o casi, el pobre hombre tendrá que escribir un libro todos los meses y además vender 900 ejemplares de cada título, cosa harto improbable pues no hay escritor tan prolífico ni cuerpo que lo resista.

La conclusión es más que obvia: la inmensa mayoría de nosotros vivimos de otra cosa y escribimos en nuestros ratos libres, con todo lo que ello comporta para la profesionalización del sector. Traducciones, informes editoriales,  clases de escritura, tutorías, correcciones de estilo, conferencias, charlas y algún que otro artículo periodístico si hay suerte. Algunos, rozando la desesperación, nos decimos a nosotros mismos que nos conformamos con dejar un “legado” que vaya más allá de lo material a nuestros hijos. Para que sepan algo más sobre nosotros que lo que cuentan las fotografías.

Personalmente he optado por el fascinante mundo de Coaching, y he renunciado a la isla para disfrutar de un tórrido verano en Barcelona, encerrada doce horas al día- fines de semana incluidos- en un centro de la Gran Vía. Gracias a mi pequeño sacrificio, he conseguido un título oficial de Coach y un máster en PNL con los que pienso ganarme la vida de ahora en adelante. ¿Lo conseguiré? De no ser así, siempre puedo escribir un libro que recoja las anécdotas más jugosas de mi nueva profesión y volver a “forrarme” con la literatura. Con suerte, conseguiré sacar 500 euros con su venta y ya tendré para pagar la tercera parte de lo que me ha costado cada uno de los cursos.

Moraleja: si en algún momento te has planteado escribir libros, no te despidas de tu actual trabajo, o de lo contrario, tus hijos van a cenar... ¡sopa de letras!



 

 

Escribir a ratos libres

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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